La Casa de la Florencia es la denominación con la que he bautizado mi alojamiento por ser el nombre de mi abuela y la manera en la que es conocida esta casa-taller de carruajes, por las gentes del pueblo de Castilla-La Mancha, donde está ubicada.
A lo largo de más de 250 años, cinco generaciones de mi familia han dejado sus vivencias y su trabajo en este lugar que a simple vista puede parecer una casa más. Sin embargo, su fachada centenaria, construida piedra a piedra, invita a conocer el espíritu que esconde tras sus muros.
Al convertir esta pequeña joya en una exclusiva guesthouse de sólo tres habitaciones, fusionando hospitalidad y exclusividad, quiero hacerte sentir como si fuera tuya.
SINGULARIDADES
Mantener todos los elementos arquitectónicos que le definen como edificio singular, ha sido la clave del proyecto de rehabilitación. De la casa puede destacarse todo, la luz, la altura de los techos, los acabados. Espacios únicos y atmosferas acogedoras que te permitirán disfrutar de tu estancia en ella.
La llamativa escalera que discurre apoyada sobre una “volta catalana”; la impresionante chimenea que sorprende por su diseño francés, pintada mediante una antigua técnica de estuco a la cal; el aljibe de cerámica construido bajo los cimientos de la casa y que mientras se llena con el agua de lluvia, ofrece un sorprendente e inesperado efecto musical; la pequeña bodega-despensa que guarda tinajas de vino de 1800 y de donde parte una cueva cuyo recorrido lleva hasta la iglesia del pueblo y que es, con seguridad, el elemento a partir del cual se construyo la casa. El trabajo ha merecido la pena.
En La casa de la Florencia, “los invitados” pueden disfrutar de un plan para conocer el entorno, sus tradiciones y cultura, a través de “un menú de actividades a la carta “, personalizado y exclusivo, para cuya organización pueden confiar en el criterio de su propietaria… Aunque si lo prefieren, sencillamente, pueden dejarse llevar por la indulgente pereza y sucumbir a una jornada de descanso. Tumbarse en el sofá con un buen libro; acercarse a la nevera (siempre llena de delicatessen), prepararse un gin tonic y disfrutar del silencio… vamos como en casa pero mucho, mucho mejor.
INSTALACIONES
Chimenea
De diseño francés.
Bañera de patas
Una bañera de patas en tu propia habitación
TV
Televisión en el comedor.
Biblioteca
Para cultivar la mente.
Horno de leña
Para hacer las delicias en la cocina
Ducha de hidromasaje
Lo mejor para relajarse.
WiFi
En toda la casa.
Bodega-cueva
Guarda tinajas de vino de 1800.