Hoz del Júcar y del Cabriel.
Una naturaleza recóndita y cargada de sorpresas, que seduce por sus escarpados valles que se hunden majestuosos en la llanura para llegar a hermosos pueblos colgados en la montaña o navegar ríos con aguas unas veces tranquilas y otras veces llenas de aventuras. Armonía entre arquitectura y naturaleza son las casas –cuevas de esta zona recuerdo de un patrimonio troglodítico de origen árabe.
Monte Ibérico y Corredor de Almansa.
Atractivo paisaje que nos invita a recorrer las calles de sus tranquilos pueblos de tradición agrícola. Sumérgete en su rica cultura, descubre sus recursos naturales y la belleza de su arquitectura popular, conoce a fondo su modo tradicional de vida, su carácter afable, comparte sus fiestas y degusta su rica y variada gastronomía.
Sierras de Alcaraz, Segura y del agua
Estas sierras serían las joyas de la corona albaceteña si existiera. Meterse en este jardín es invocar la gloria de perderse, rezar para que la suerte lo atrape a uno en este laberinto que encierra todos los colores del más puro impresionismo, todos los aromas imaginables que el viento reparte, todos los sabores y toda la música callada y leve del agua. Por su parte, La Sierra del Agua es uno de los espacios naturales más seductores, solitarios y silenciosos que cabe imaginar. Allí arriba, aparte del vuelo de las águilas o el resoplido de los ciervos, el único sonido que se percibe es el suave rumor del agua.
Campos de Hellín
Nos ofrece la posibilidad de conocer diversos yacimientos adentrándose en hermosos parajes, próximos a ríos, arroyos y humedales siendo su máximo exponente las pinturas rupestres del abrigo grande de Minatela y el Parque arqueológico “El tolmo de Minatela”. Los elementos civiles y religiosos que salpican el trazado urbano de sus pueblos invitan a adentrarse en la historia de la comarca, con fiestas patronales y religiosas, cuyo máximo exponente es la Semana Santa y sus tradicionales y multitudinarias tamborradas.